Cuando la gente piensa en la pérdida de audición, los adolescentes son las últimas personas en pensar. Sin embargo, investigaciones recientes indican que muy pronto, los adolescentes superarán en número a los adultos mayores en términos de pérdida auditiva. Con los avances tecnológicos, vienen los peligros para la audición. Los instrumentos de audio personales, como iPods y teléfonos inteligentes, tienen graves efectos perjudiciales para la capacidad auditiva de los adolescentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que alrededor del cincuenta por ciento de los adolescentes se exponen a niveles de sonido extremadamente altos durante un período prolongado de tiempo. Esto significa que 1.100 millones de adolescentes corren el riesgo de desarrollar pérdida auditiva en todo el mundo. Cualquier sonido por encima de los 85 decibeles se considera inseguro para la audición y exponerse a ocho horas de escuchar música, ya que este nivel puede provocar pérdida auditiva. Cuanto más alto sea el nivel de la música, menos tiempo tardará en dañarse la audición. Los adolescentes suelen ser malhumorados y obstinados cuando se trata de escuchar la solicitud de bajar el nivel de la música; desafortunadamente este hábito de escuchar música alta con el tiempo puede causar daños irreversibles en su audición.
Los adolescentes que se exponen a ruidos fuertes con el tiempo también pueden desarrollar Tinnitus, o la sensación de zumbido en los oídos. Incluso pueden sentir como si sus oídos estuvieran tapados o tapados. Cada uno de estos síntomas puede indicar algún tipo de pérdida auditiva.
Debido a la naturaleza rebelde de los adolescentes, es posible que no se den cuenta o no quieran admitir su pérdida auditiva antes de que ya se haya producido un daño grave. Sin embargo, la pérdida auditiva debe tratarse lo antes posible para evitar daños mayores, ya que puede afectar negativamente la autoestima y las habilidades sociales y comunicativas de un niño.
Para prevenir la pérdida de audición en los adolescentes, es mejor establecer ajustes de volumen predeterminados en los dispositivos de audio personales. También puede ayudar a prevenir la pérdida de audición estableciendo un límite de tiempo diario que restrinja a su hijo a escuchar música durante menos de una hora cada día (según lo recomendado por la OMS) para limitar su exposición a la música alta. Asegúrese de que los adolescentes realicen pruebas de audición periódicas para ayudar a detectar signos tempranos de pérdida auditiva.